Los cultivares de Rebutia (entendida como subgénero) en su inmensa mayoría se han desarrollado a partir de Rebutia minuscula, y de sus diferentes formas. Sus requerimientos, por tanto serán similares a los de Rebutia minuscula:
Un lugar bien iluminado para que no se etiolen sus tallos, pero protegido del sol de mediodía en verano.
Buena circulación de aire fresco en primavera y verano para evitar las plagas de insectos y hongos.
Muy buen drenaje y substrato muy permeable.
Pulverizar el cactus con frecuencia para prevenir los ataques de la araña roja.
Vigilar la cochinilla algodonosa, sobre todo en los restos de floraciones.
Riegos preventivos con fungicida para los hongos.
Abonar a partir del segundo riego con un abono para cactus comercial.
En cuanto a su reproducción, ya vimos en el apartado correspondiente que el mejor modo de reproducción de los híbridos y cultivares es mediante el esquejado y así poder conseguir ejemplares idénticos.
Sin embargo, como hemos visto antes, los cultivares de Rebutia minuscula más populares son sus formas albinas en cuanto a su floración y, en este caso, sí suelen producir semillas fértiles, al contrario que otros productos de la hibridación de diferentes especies. Por tanto, los cultivares de Rebutia minuscula de flor blanca se suelen reproducir por semilla. Recordemas que las mutaciones de flor albina son aquellas que solo tienen el color blanco y el verde en las flores, sin ningún otro tono o matiz.
Como estos cultivares ya llevan años produciéndose, ya están fijadas sus características y se refelejan en su descendencia. Sin embargo, es inevitable que se hayan crucado entre sí, produciéndose una notoria semejenza entre diversos ejemplares etiquetados como procedentes diferentes formas, como se puede apreciar en esta foto donde se presentan de izquierda a derecha los cultivares de Rebutia minuscula denominados kesselringiana, iseliana y kariusiana
Rebutia minuscula blanca kesselringiana, iseliana y kariusiana
En estos casos de formas albinas hay que ser muy escrupulosos en los riegos para no excedernos, pues se pudren más facilidad que las formas normales. Y especialmente cuidadosos en no regar hasta varios días después tras su trasplante.
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